Anotación a poema. ORFELIA PIENSA EN UNA VIEJA NAVIDAD

 ORFELIA PIENSA EN UNA VIEJA NAVIDAD


Caminamos juntos entre los pinos 

que crecieron de la noche a la mañana


en las banquetas. Había ido a recogerte al inframundo

Te esperé en la parada del camión y, hasta eso,


llegó a tiempo. A nuestro alrededor florecía 

un ecosistema extraño: puestos de navidad


uno tras otro. No veíamos dónde terminaban. 

Tomamos el atajo del mercado 


pero los árboles lo habían rodeado todo. 

Se extendían sobre las calles, las bloqueaban. 


La casa nunca estuvo tan lejos. Todo era angosto. 

Íbamos de la mano, yo delante tuyo, inmersos 


en las luces estridentes de los villancicos 

y el olor a polvo y pino de los bosques. 


Las esferas giraban desahuciadas y huecas. 

Íbamos lento. Tú avanzabas 


al ritmo de tu herida. Habías olvidado 

el nombre de los colores. Tu mano, 


sin embargo, tenía la temperatura exacta 

de la felicidad. El bosque 


había trasplantado su frío. La noche, 

delgada como las voces de los muertos, 


raída por el ruido y por las luces. 

Hablamos en voz baja. Fuimos niños 


y olvidamos pronto el camino de vuelta. 

Porque todas las señales aparecen dos veces 


o deberían: Caronte había dejado su barca 

para vender nacimientos a destajo, 


usaba una vieja prenda que decía: “Alguien 

que me quiere mucho me trajo esta camiseta 


del Averno”. Escuchamos 

el romperse apagado de una esfera. 


Estábamos contentos. Absurdos. 

Rodeados de árboles sin raíces 


que se morían lento a nuestro alrededor.

Lo sabíamos, pero era fácil olvidarlo. 


En algún punto volteaste a verme y no pasó nada.

En algún punto, los árboles desaparecieron, primero 


ocultos bajo una pesada lona verde. 

Y luego para siempre. Quedaron sólo 


la banqueta pelada y el asfalto. 

El bosque itinerante se ha marchado. 


Nosotros no llegamos muy lejos. 

Eso es todo. A veces 


conciliamos el sueño.



Elisa Díaz Castelo.



Localización del poema. Díaz Castelo, E. (2020). El reino de lo no lineal. México: FCE, INBAL, ICA. 

Referencias del lugar.  En el poema se puede observar una difuminación del paisaje citadino con el del bosque, empieza a jugar con el lugar, convirtiendo el tianguis en un bosque por la fauna sin raíces que los rodea (pinos de navidad), y vuelve a transgredirlo al final del poema en: " la banqueta pelada y el asfalto. / El bosque itinerante se ha marchado" (v. 42-43). El lugar será fragmentado para ubicar al lector en aspectos del mito de Orfeo, como lo es el bosque o la mención del inframundo, sólo que lo moldea a lugares comunes de la ciudad. La importancia que esto tiene para el texto es que ayuda al yo poético a reflexionar sobre los cambios de un sitio que fue valioso para una situación pasada de la cual se está repensando.
Referencias sobre el suceso o personas referentes del momento. El referente más notorio viene desde el título del poema al estar feminizando el nombre de Orfeo, de este mito también toma aspectos que observamos en el poema como "Averno" "Caronte" "Inframundo", y en específico, el siguiente verso: "En algún punto volteaste a verme y no pasó nada." (v. 38) Este fragmento es un aspecto importante sobre el mito de Orfeo, ya que su viaje hacia el inframundo y su búsqueda por Eurídice termina porque él voltea a ver a su esposa y esto le resulta en la pérdida de su amada. Hay un interesante manejo del mito griego al usarlo en un mundo que es parecido a nuestra realidad.
Sucesos nacionales o internacionales de referencia. Los sucesos del poema están rodeados por el imaginario navideño, aspectos como villancicos, pinos y esferas. Nos traslada a una época específica del año: diciembre. Desde el nombramiento de estos artefactos y adornos el poema se acicala de colores típicos de las fiestas de sembrina.
Tradiciones, intertextualidad, tópicos. Respecto a la intertextualidad, el poema trae a la discusión aspectos del mito de Orfeo, utilizando la tradición de la poesía griega al tomar temas de los mitos de Virgilio y Ovidio. El poema toca el tópico Fugit irreparabile tempos al hacer una reflexión sobre la fugacidad del tiempo y las cosas que van cambiando a nuestro alrededor. Hay un constante repensar la alteración del entorno y los lugares, el tiempo es intangible, la vejez no llega pero sí lo hace el final de una relación. Un momento de nuestra vida termina.
Apreciación léxica o estética. Con una estética interesante sobre el regresar desde el recuerdo y cómo concebir o masticar el pasado, el poema  moldea aspectos de un mito ,con una gran influencia en el imaginario literario, para adentrarse en nuestra realidad. La modernidad junto con la ciudad serán el escenario de esta historia. El yo poético vaga desde la memoria, hace el recorrido de un momento en el cual la relación cambió y de ello se deriva la ruptura. Castelo combina la cotidianidad del entorno que brinda la ciudad y la conjuga con elementos de la mitología griega.

  

Por: Annia López Cervantes.

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