“¿Qué hacer?, ¿adonde se encaminaría, después de haberle sido arrebatada dos veces su esposa?” Orfeo y el devenir de la pérdida del amado.


 La memoria colectiva está fundada de mitos que se van pasando generación por generación, y estas se van adaptando a la visión de mundo que cada época va adoptando. Blumenberg define a los mitos como: “historias que presentan un alto grado de constancia en su núcleo narrativo y, asimismo, unos acusados márgenes de capacidad de variación. Estas dos propiedades hacen de los mitos algo apto para la tradición” (2003, p. 41). En este trabajo contrastaré el mito de Orfeo del libro IV de Geórgicas del autor Virgilio con la segunda parte del poemario El reino de lo no lineal de Elisa Díaz Castelo. Me centraré en el mitema de la pérdida del amado, este concepto lo observo desde Levi Strauss se refiere a ellos como la unidad mínima e irreductible del mito (1955), estos se pueden entender como las entidades en donde radica la esencia del mito. El mito de Orfeo se presenta en Virgilio uniéndose con el de Aristeo. Virgilio inicia contándolo con Euridice huyendo de Aristeo, y por no ver por donde corría es asesinada por un hidro. Orfeo, al ser consciente que su amada está en el inframundo, les pide ,con un bello canto, a los Manes y al rey temible que se apiaden de él y le regresen a su esposa. Prosérpina impone como única regla el no voltear a ver a Eurídice hasta que ella saliera del inframundo y ella será libre. Orfeo, con una locura pronta, voltea a ver a Eurídice cuando ella todavía no salía del inframundo, y esto lo vuelve un hombre atormentado por la segunda pérdida de su amada (Virgilio, 1990).

Orfeo es deslindado de lo masculino para crear una voz más consciente de su culpa y remordimiento. Esto es lo que nos presenta la autora Elisa
Días Castelo en la segunda parte de su poema ganador del Premio Bellas Artes 2020
El reino de lo no lineal. Con una voz poética feminizada en disyuntiva con el personaje principal del mito que muestra Virgilio, Castelo nos sumerge en un repensar el dolor de la separación amorosa, de aquello que no podemos tener pero sigue, de alguna manera u otra, en nuestra vida cotidiana. Elisa moldea el mito para adentrarse en nuestra realidad, la modernidad junto con la ciudad serán el escenario de esta mítica historia. Orfelia se nos presenta después de la desgracia (Orfeo es antes de la última pérdida), tratando de encontrarle sentido a esta nueva vida sin él. Rodeada de infiernos metafóricos y gente con camisas de “alguien que me quiere mucho me trajo esta camisa del Averno”, Castelo moderniza esta trágica historia de amor y nos plantea un mito no lineal. El mito está presente en pequeñas pistas a lo largo de los poemas. 

El más importante aspecto sostenido por ambos textos es el acto de la vuelta de Orfeo/Orfelia y la relación que tiene con la pérdida del ser amado. En los poemas “Orfelia piensa en una vieja navidad” y “Orfelia lee a Virgilio”, el yo poético hace mención de la famosa vuelta del mito, sólo que en el primero es el amado el que voltea a verla, pero esto no tiene repercusión en su relación: “En algún punto volteaste a verme y no paso nada” (Castelo, p. 51). En cambio, en el segundo poema, ella es consciente que voltea continuamente al pasado y esto no la deja ser libre de sus pasadas relaciones: “Si todos avanzamos sin saber hacia dónde, /¿avanzamos realmente? Yo volteo. /Ésa fue siempre mi debilidad.” (Ibid., p. 52). En Virgilio la pérdida total de Eurídice se da por la repentina vuelta de Orfeo: “Y ya Orfeo, 485 volviendo sobre sus pasos, había escapado a los peligros todos y Eurídice recobrada llegaba a la región de la luz siguiéndole detrás (pues Prosérpina había impuesto esta condición), cuando una locura repentina se apoderó del imprudente amante, perdonable en verdad, si los Manes supieran de perdón: se detuvo y a su Eurídice, en los umbrales mismos de la luz, olvidado ¡ay! y en su corazón vencido, se volvió a mirarla” (Virgilio, 1990, p.381, v. 485-492). A lo largo del poemario, la voz poética se encuentra como Orfeo después de la muerte de Eurídice, vagando por diferentes caminos sin poder entender la vida sin su amada, creando un camino que lo lleva hasta la muerte por el mismo dolor de la pérdida, y aún la muerte no la deja olvidarla:  “«Eurídice», decía la misma voz, y la lengua fría, «¡Ah, desgraciada Eurídice!» (Virgilio, 1990, p. 383, v. 525-527). 

Una de las mayores contradicciones que el poemario sostiene con el mito es la feminización de Orfeo al convertirlo en Orfelia, una ella. Alguien hace la acción de olvidarla en el inframundo, y ella recoge y olvida a otro en ese mismo sitio,  sólo se puede intuir por la nueva contextualización del mito que ese otro es el personaje de Eurídice personificado en un él . Otra diferencia en razón al mitema es la situación de la pérdida del amado, ya que en el poemario Orfelia está pasando por una ruptura, no la muerte del otro como es en el caso de Orfeo, esto lo hace en el poema “Orfelia apunta lo que él subrayó …”: “En realidad no estás muerto, solamente/ te cambiaste de colonia: el movimiento/ es posible después de todo: no fui nunca/ a buscarte al inframundo” (Ibid., p. 55). Se hace una alteración al mito al borrar la muerte del otro y lo vuelve en algo más cotidiano para el sufrimiento por el amor: la ruptura. Otro aspecto a recalcar es que el acto de ir al inframundo es una gran invariante en sí dentro del poemario, ya que se modifica en muchas ocasiones la acción de abandonar, en el poema pasado ella abandona al otro, en  “Orfelia piensa en una vieja navidad” ella lo recoge afuera del inframundo y esto igual se deslinda porque Orfeo entra al inframundo a rescatar a su amada: “Había ido a recogerte al inframundo. Te esperé en la parada de camión” (Ibid.,  p. 50). El mito de Orfeo es moldeado para crear la estética adecuada que la autora desea presentar, tomando sólo lo más necesario para que el lector pueda hacer esta conexión. 

El poemario, con la voz poética, hace una reflexión ante el pasado de la relación, un pensar desde el por qué lo perdiste y por qué se alejaron. Trata de comprender su situación actual al perder al ser querido y mientras los deseos de una muerte repentina la atormentan a lo largo del poemario. Orfelio voltea a aquello que ya no tiene, que ya no puede perder otra vez. La melancolía de ese amor la carcome como lo hizo con Orfeo al negar a todas las mujeres que se le presentaban por hundirse en el eterno dolor del amor. El mitema de la pérdida del amado se encuentra presente en el poemario de Castelo, claro que lo hace con grandes cambios al convertir a Orfeo en una Orfelia. El mito de Orfeo resuena en toda la obra, ya sea en algunos títulos de poemas que hacen referencia a Virgilio y Ovidio, autores que trataron este mito en sus obras: “Orfelia lee a Virgilio” y “Orfelia desvaría con La Metamorfosis”. El mito se transforma en una historia de amor de nuestra realidad, rodeada de camiones y el dilema de quién se queda con los electrodomésticos que compramos juntos. Orfelia es una alma suspendida y contenida por el dolor que el amor es muy afan de dejar ante la terminación de la reciprocidad. 

Sobre Elisa Díaz Castelo: http://www.elem.mx/autor/datos/123235 

Comprar El reino de lo no lineal: https://www.fondodeculturaeconomica.com/Ficha/9786071667663/F


























Bibliografía. 

Blumenberg, H. (2003) Trabajo sobre el mito. Barcelona: Paidós.

Díaz Castelo, E. (2020) El reino de lo no lineal. México: FCE, INBAL, ICA. 

García Gual, C., & Hernández de la Fuente, D.(2015) El mito de Orfeo. Estudio y tradición poética. Madrid: FCE.  

Lévi-Strauss,C. (1955). “El estudio estructural del mito”. En Journal of American Folklore, (68),  428-555.

Virgilio. (1990). Geórgicas. Madrid: Gredos. 


Comentarios

Entradas populares de este blog

Reseña de "De Ausencia". María Luisa Mendoza

Hacia una poética del recuerdo